Las rocas de origen químico se forman por precipitación de las sustancias disueltas.

Las rocas de origen químico se forman por precipitación de las sustancias disueltas en las aguas marinas y continentales. La precipitación puede darse durante una evaporación fuerte en cuencas localizadas en zonas muy cálidas. En estos casos se forman las llamadas evaporitas las cuales disueltas en aguas aumentan su concentración  a medida que la cantidad de agua disminuye por evaporación llegando a la saturación; posteriores disminuciones de agua hacen precipitar primero sales menos solubles y después aquellas con solubilidad mayor.

   Este proceso puede dar lugar a la formación de calcáreas y dolomías (distintas de las organogénicas), yesos y sal gema que constituye a veces acumulaciones con gran importancia económica y significado geológico por la información que ofrecen sobre el clima y la geografía en el momento de su formación.

    Otros ejemplos de rocas de origen químico son: el travertinos, la estalactitas y estalagmitas, que forman por precipitación de carbonato cálcico, respectivamente en manantiales minerales y en cuevas; en éstas el carbonato cálcico se deposita muy lentamente por goteo (caída gota gota) de las aguas circulantes.

FUENTE ENTESPA

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