A medida que el mundo se apresura a finalizar una vacuna para COVID-19, los países han comenzado a utilizar otros medios para controlar y minimizar la propagación del virus. Uno de estos métodos se llama «Rastreo de Contactos», en el que los órganos rectores identifican casos positivos de COVID-19, y rastrean a las personas que han estado en contacto con esas personas y les aconsejan la cuarentena.

Este método de contención es, en teoría, efectivo, pero viene con su propio conjunto de desafíos y es típicamente insuficiente. Sin embargo, el mayor problema con el rastreo de contactos que los informáticos israelíes han resuelto recientemente no es la cantidad de recursos disponibles para apoyarlo, sino lo que el rastreo de contactos ha significado para el público en general.

     Típicamente, el rastreo de contactos ha sido altamente invasivo de la privacidad individual de las personas, y en gran medida impreciso.

      Prácticas como el rastreo telefónico y la extracción de datos han sido efectivas en países asiáticos como China, pero a costa de la libertad individual, y la mayoría de los países y culturas occidentales no encuentran aceptable ese tipo de vigilancia.

FUENTE FEED ISRAEL

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