El Viaje a la Luna

  

   Desde la antigüedad una de las máximas aspiraciones del hombre ha sido efectuar un viaje a la Luna. Ya en el siglo II D.C., Luciano, de Samosata soñaba con alcanzar la Luna a bordo de una nave impulsada por una turbina.  También el propio astrónomo Johannes Kepler, imaginaba que llegaba a la Luna y volvía a la Tierra conducido por complacientes demonios. Francis Godwin, fantaseaba con efectuar el viaje a boren do de una almadía tirada por cisnes. Allan Poe imagina que emprende este viaje en un globo inflado por un gas misterioso 40 veces menos denso que el hidrógeno. En los umbrales de la ciencia ficción Jules Verne, en su novela De la Tierra a la Luna, describe el lanzamiento de una cápsula espacial dirigida hacia la Luna recurriendo a una bala de cañón capaz de impulsar la intrépida capa del espacio.

  El problema de los viajes a la Luna dejó de plantearse en la fantasía de los escritores para pasar a resolverse en los laboratorios de los científicos y de los técnicos.

   En septiembre de 1959, la cápsula soviética Lunik 2 llegó a la superficie de la Luna. El 4 de octubre siguiente otra cápsula soviética, la Lunik 3, logró efectuar una circunnavegación parcial del satélite, transmitiendo a la Tierra imágenes fotográficas de la cara oculta de la Luna.

FUENTE ENTESPA

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