La guerra fría entre Europa e Israel sobre la política de las organizaciones no gubernamentales se intensificó bruscamente con el descubrimiento de un documento estratégico belga que incluye fondos para «mitigar la influencia de las voces pro-israelíes.» Es difícil imaginar los objetivos de financiación de las ONG dirigidos a «mitigar la influencia de las voces pro-palestinas», o, yendo más allá de nuestro conflicto, a «mitigar la influencia de las voces pro-europeas» durante el intenso debate sobre el Brexit en el Reino Unido. Pero lo que parece absurdo en otros contextos es la política estándar cuando Israel está involucrado.
La focalización específica de las «voces pro israelíes» a través de la financiación de las ONG forma parte de un plan (conocido como Marco Estratégico Conjunto o JSF) elaborado y aprobado por el Ministerio de Cooperación al Desarrollo de Bélgica. Es un documento público, escrito por cinco ONG que también son los principales receptores de los fondos – incluyendo el grupo de ayuda católica Broederlijke Delen, Solidaridad de Oxfam, Solidarité Socialiste y Viva Salud. Son líderes en campañas políticas antiisraelíes, utilizando fondos de los contribuyentes de los ciudadanos belgas. De 2017 a 2021, se habrán asignado al menos 8,6 millones de euros a estas organizaciones.
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El plan estratégico belga es una prueba más de que la financiación de las ONG europeas necesita una reforma fundamental. Durante muchos años, la UE y los gobiernos europeos individuales han proporcionado decenas de millones de euros, coronas y libras anuales a las ONG israelíes y palestinas, bajo los epígrafes de ayuda al desarrollo, derechos humanos, derecho internacional, paz y democracia.
FUENTE JERUSALEM POST
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